Platón ft. Sócrates: inmortalidad del alma, parte 2
En el Hades, al alma impura que ha cometido un crimen, la rehúye todo el mundo: anda errante hasta que pasa cierto tiempo y es llevada a la residencia que le corresponde. El alma que ha pasado su vida pura y comedidamente tiene como compañeros de viaje a los dioses, y habita en el lugar que merece.