Concepción Arenal: El delito colectivo, capítulo 5
Cuando el delincuente no es culpable, ya se comprende que puede tener derecho a rebelarse contra la ley o el tirano que desconoce y pisa los derechos esenciales. La vida, la libertad, la hacienda, la honra, todo está a merced de la crueldad, la rapacidad, la injuria del déspota y sus satélites.