Rewind 2022
El mundo sigue girando, aunque hoy no es un día cualquiera. Ayer, en realidad. Los historiadores del ahora, que vivirán mañana, ilustrarán lo visto el domingo 18 de diciembre de 2022 con laureles de oro y letras de gloria.
El mundo sigue girando, aunque hoy no es un día cualquiera. Ayer, en realidad. Los historiadores del ahora, que vivirán mañana, ilustrarán lo visto y vivido el domingo 18 de diciembre de 2022 con laureles de oro y letras de gloria.
Películas y series se harán, libros se escribirán, sobre el viaje de esta selección argentina, campeona mundial de fútbol, y lo que muchos se apuran en llamar el final de la carrera internacional de Leo Messi — final que él mismo se apura en desmentir.
Y es que, si fuese este el final de la película, sería uno digno de pocos guionistas grandes, de esos que en el séptimo arte no abundan. Y es que pocos grandes se atreverían a escribir la improbable historia del héroe alcanzando el clímax de su ejercicio en el último capítulo, a una edad en la que ya no debería tener chances de lograrlo. En la vida real te hace llorar; si fuera ficción, en las pantallas o en las páginas quizás te parecería cursi, incluso demasiado hollywoodense.
No necesito ser yo quien le cuente a los lectores del futuro la historia de Messi, de quien alguna vez en estas páginas he escrito que “es D10S”, porque los libros, guiones, ensayos y canciones sobre su figura se escribirán de sobra. La mayoría dirán lo mismo, pero seguro surgirá alguno al que le sobrará poesía, filosofía y conocimiento desde adentro, y ese libro se llevará la medalla de oro.
Todo lo que se ha escrito sobre fútbol hasta ahora es muy nuevo, y la historia de Messi queda todavía por transliterarse, porque él la ha escrito por sí mismo con sus propios pies. Y ayer terminó de pintar el último cuadro para ilustrar el capítulo que retrata el summit del ídolo. Su historia con la camiseta albiceleste nunca más será la de Sísifo. Su historia con la pelota será comparada a la de Miguel Ángel con el pincel y el cincel.
El año 2022 estará para siempre enmarcado, en la memoria de los que lo vivimos (de los que vivimos el fútbol), con la foto de Lionel Andrés Messi Cuccittini levantando la escultura de 6 kilogramos de oro del Trofeo de la Copa Mundial de Fútbol, como símbolo de la victoria del talento, la humildad en el trabajo y la perseverancia. Messi levantado en hombros por su mejor amigo, y toda la selección argentina de fútbol, como símbolo de unión, de trabajo en equipo y de amistad. Felicidades a todos nuestros lectores argentinos, felicidades a ese equipo de guerreros: gracias por el fútbol y la pasión. Gracias por ser representación de la esperanza.
Sobre todo en un año que revivió fantasmas del pasado que creíamos espantados. El fantasma de una recesión económica mundial, una nueva ola del covid-19, y una guerra que pudo ser, o puede ser todavía, una catástrofe mundial.
Hemos intentado en esta casa poner el retorno del “teatro” del pasado en contexto. Hemos intentado encontrar calma para la ansiedad tratando de entender que todo pasa. Todo pasa, porque todo se acaba. Todo pasa, porque todo puede pasar. Después de este 2022, después de este mundial, ¿qué tanto te pueden sorprender los giros de la vida? Sólo queda prepararse y aceptarlos, y saber que así como sucede de todo ahora, así también sucederá en el porvenir, así sucedió en el pasado. Como dice Marco Aurelio:
“Quien ha visto el presente, todo lo ha visto”.
Este año nos volcamos un poco más al estoicismo como receta contra el pesimismo, contra el pesar, contra el miedo. Estamos leyendo, viernes a viernes, las Meditaciones del emperador filósofo, cuyo segundo libro recibe la medalla de bronce en nuestro podio de lecturas más leídas vía correo electrónico.
Este año, nos re-descubrimos en un retorno a los inicios de Conectorium en plena pandemia del coronavirus, cuando se publicaban lecturas todos los días. Volvimos a ese modelo, aunque con más claridad, longitud y contexto, y haciendo del newsletter una lectura diaria con mucho más fondo y profundidad que un resumencito, y así hemos aprendido muchísimo.
Este año también pudimos hacer varias series para aprender e intentar comprender: sobre la vacunación, su historia, y su ya eterna controversia, con los mismos argumentos a favor y en contra desde hace ya más de un siglo; sobre el aborto, tema caliente que volvió a las primeras planas de las noticias este año, como siempre vuelve cada cierto tiempo; sobre la banca, sobre cripto y sobre charlatanes, para entender cómo funciona el dinero y la caída de la ilusión de muchos ilusos; y también hemos hablado sobre el fanatismo que nos lleva a caer en narrativas e ilusiones.
Pero la serie número uno ha sido aquella sobre lo que pasa en Ucrania. Su primer capítulo, La loba de Ucrania, se lleva la medalla de plata en nuestro campeonato interno de lecturas más leídas vía inbox. Y es que, claro, la guerra en Ucrania es el evento más importante del año. Seguro volveremos a ella, si no es continuando la serie, por lo menos como trip.
Jugamos también este año con varios tags y varios trips, en una especie de mini-series. “A pedido del público”, aprendimos sobre el origen de la regla de oro, y su presencia en distintas filosofías. Dos lecturas se llevan la medalla de oro del año, y las dos pertenecen a la misma mini-serie: el sinólogo James Legge escribiendo para la Enciclopedia Británica sobre la regla de oro en Confucio, y Jesús dando su versión de la regla a través de los evangelios de Lucas y Mateo. Este año, nos ha quedado claro que a los demás hay que tratarlos, por lo menos, como nos gustaría que nos traten a nosotros: esta es la regla más básica y universal de la moral. Y nos ha quedado claro, también, que esto es así desde siempre, casi que la idea nos es innata.
Eso, en cuanto al boletín de esta academia, a la que venimos todos los días a aprender un poquito de historia y filosofía. Quiero felicitarlos por su asistencia, porque el 60% viene todos los días, y el 71% por lo menos una vez a la semana. Casi todos vienen una vez al mes. Son números de locura.
Ahora, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Mahoma son ustedes, esta es la montaña donde refugiarse a meditar. Y la entrada es libre, y hay quienes la visitan muy de vez en cuando, en la web. Las visitas del último año también han crecido de sobra, y una lectura se levanta por encima de todas con diferencia. El primer lugar de la web lo ocupa el ensayo de Montaigne Sobre la experiencia. Es una guía en contra de la charlatanería, gracias a la experiencia personal y la ajena, gracias a la sabiduría que trae el paso de los años y el leer a otros sabios, y una oda hacia el “todo esta conectado”. Así como nada existe por sí mismo, nada se puede entender por sí solo: el Universo, aunque es uno, contiene dentro de sí multitudes, y así todas las cosas.
Walt Whitman se escribió a sí mismo un Canto para recordarse esto. Un canto lleno de fuerza, traducido por Jorge Luis Borges, que ocupa nuestro segundo lugar de visitas en la web. En él se refugia nuestro pedido de disculpas por nuestras contradicciones, nuestros cambios de rumbo y de opiniones. Y es que, quizá, el cambio y la transformación forman la única ley universal que podemos observar, interpretar y dar por hecho con nuestros sentidos.
¿Me contradigo?
Muy bien, me contradigo.
(Soy amplio, contengo multitudes).
Pero a pesar de los cambios y las contradicciones, no perdemos de vista un fin último: la felicidad. Aristóteles, en uno de sus tratados éticos, habló de esto: el bien y la felicidad como fines. A eso tiende todo conocimiento, con ese fin empezamos nuestras acciones, dice, y eso buscamos lograr acá. Calma, obrar bien, y encontrar así una visión para poner en práctica de eso que los griegos entendían por felicidad, por εὐδαιμονία: “prosperidad” o “bienestar”, “buena fortuna”, plenitud. Esta lectura ocupa el tercer lugar de ese podio en las visitas web.
Cabe hacer aquí una mención especial a Nietzsche, que tanto en la web como en el boletín estuvo cerquita de ambos podios, hablando, por un lado, de la importancia del ocio en la felicidad.
Si creés que ese momento de ocio, de negación del negocio que te das cada día—o casi cada día—para leer esto, le podría servir a alguien, invitalo. Así como Nietzsche tuvo sus motivos para el año nuevo con los que vamos a empezar el 2023, uno de nuestros motivos es agrandar este espacio. Otro es separar y volcar ese trip que hemos tenido del estoicismo al inglés, motivo por el cual estamos lanzando una especie de conectorium, pero enfocado en esa filosofía como forma de vida, y solo twice a week. Se llama The Stoic Club.
El club estoico y el epicúreo es lo que enfrentó el apóstol Pablo en el Imperio Romano mientras esparcía las palabras de Jesús. Nietzsche rozó el podio, por el otro lado, comparando al apóstol Pablo con Epicuro.
El trip sobre el epicureísmo, que se mezcló un poco con el estoicismo, fue el más leído entre ambas formas de lectura que proponemos.
Finalmente, la autora más leída del año fue Hannah Arendt. Quizá porque supo leer y hablar y escribir sobre casi todo lo que nos importó este año. Apareció y reapareció, y lo mismo esperamos que suceda el 2023, porque Arendt supo escribir, expresar e investigar como pocos — y porque vamos a tocar algunos temas pendientes, como el del infierno, que ella supo conectar mejor que nadie.
Y eso es, básicamente, todo. Esta semana cerraremos el tema de alabanzas entre artistas (en París), y la próxima semana no habrá contenido diario, excepto el infaltable capítulo de viernes de las Meditaciones.
Una vez más, gracias por tanto, es un placer que nos des la oportunidad de hacer esto.
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