Marco Aurelio: Meditaciones, libro 3
Habite en vos la serenidad, la ausencia de necesidad de ayuda externa y tranquilidad que procuran otros. Conviene mantenerse recto, no enderezado. No debe tenerse en cuenta la opinión de todos, sólo la de los que viven conforme a la naturaleza. Venerá la facultad intelectiva. No vagabundeés más.