Milagroso acuerdo para custodiar un tesoro temporal *
Tengo, entre las ideas que anoto para desarrollar después, una que reza:
“All treasures are temporary—treat them as such.”
La tengo entre comillas, como si fuera ya una frase terminada, pulida, lista para ser publicada; o como si fuera ajena, como si la hubiera tomado prestada de alguien más. Para que de prestada no pase a robada, como no sé si la frase se me ocurrió a mí o a otro, o a otra, acudo a Google. La frase completa no aparece en ningún resultado. La primera parte sí, en dos lugares: una homilía cristiana, y un ensayo que compara los valores islámicos con los del mundo occidental. Hermosa coincidencia.
Asumo, entonces, que la frase se me ocurrió a mí. Pero, ¿es mía? ¿la tengo, como dije al principio? Si todo lo que yo pienso es, en realidad, producto de todo lo que viví, todo lo que vi, todo lo que escuché, todo lo que saboreé, todo lo que leí, todo lo que sentí. Y la suma, o multiplicación, o intersección de todo lo que vivieron mis ancestros. Esto está codificado en la Historia, en mi historia, en mi ADN. Yo no soy más que el fruto de casi infinitas circunstancias. Tampoco soy menos.
Vaya milagro que suceda una cosa como vos, como yo, como nosotros. En jerga gringa: I mean, what are the odds? Si Dios, si el Universo, si el Azar, de igual manera ¿cuáles son las probabilidades?
Pero vuelvo al tren de mis pensamientos, que no sé si son un bien mueble o un bien inmueble como para que sean míos. Además, el rato que los comparto dejan de ser propios y son del mundo, del viento, de lo que quieran la circunstancias; del azar, el destino o la Historia. O de todos al mismo tiempo. Lo que sí sé es que, si están a la mano, los tengo. Están en mi posesión. Curioso bien el de los pensamientos y el conocimiento, que pueden tener varios dueños al mismo tiempo. Son tesoros. Y, como todo los tesoros, son temporales, y hay que cuidarlos como tales.
Esa frase, cuando se me ocurrió, o cuando se me discurrió, seguro que fue en inglés, porque los axiomas funcionan mejor en diferentes idiomas, y éste funciona mejor en inglés. Lo que no es seguro es que se me haya aparecido con la inferencia religiosa que predica su primera parte. O quizá sí, porque la tengo anotada justo después de otra, también en inglés, de carácter espiritual:
“Existence is a temporary arrangement.”
Esta frase existe en Google sólo a través de un raro texto católico, pero estoy seguro que se me infirió mientras leía un artículo en The Marginalian de María Popova. Somos una disposición, una estructura, una combinación, un arreglo, un acomodo, un convenio—todas traducciones de arrangement—temporal.
Popova, a quien le gusta tocar este tema, suele cerrar sus artículos indicando al lector que “complemente” con otras lecturas que ella misma conecta y sugiere. Complementá con el ensayo de Séneca De la brevedad de la vida.
PS: Después de publicar hace pocos días Milagroso acuerdo para custodiar un tesoro temporal, recibí una respuesta de Marga y Pieter, que tienen razón, que agradezco, y que comparto:
“Todos los fracasos también son temporales, trátalos como tales”.
“Y los fracasos también son tesoros a su manera”.