La re-independencia de Kyiv *

Contexto Condensado

Capítulo de 5 de nuestra serie sobre la guerra de Ucrania.

Ucrania le viene pidiendo al mundo desde hace unos años que por favor esto es #KyivNotKiev, pero esta es la versión social media de una realidad que vienen pidiendo hace siglos. Re-pidiendo. Bancame 10 minutos—que sé que son una etenernidad para el homo entertainus—y te lo cuento de un tirón, porque es una historia que no vale la pena partir en dos.

Primero, lo primero. Segundo, si es lo mismo que lo primero, se usa el prefijo re-, que quiere decir repetición o movimiento hacia atrás. También denota intesificación, tipo, “está re-buena está historia”.

Rewind al siglo 5: Kyi (Кии, en antiguo eslavo oriental; Кий en ucraniano y también en ruso; Kii o Kü en español), es uno de los tres hermanos y una hermana que fundaron Kyiv. Es el fundador de la dinastía Kii y el primer príncipe de los polanos. Un crack. Eso sí, polanos orientales; los occidentales, también eslavos, son los de Polonia, que tanto polinizaron Ucrania; a estos también les dicen lechitas, pero te juro que no tiene nada que ver con lo blancos que son. Lo de polanos deriva del eslavo поле, pole, que quiere decir campo, estepa; si se parece a plano y a la espalda ancha de Platón, no es ninguna coincidencia: todo está conectado (lingüísticamente). Por otro lado, Küi significa en lenguas túrquicas ribera o llanura costera: Kyiv se fundó en una planicie a orillas del río Dniéper, en un territorio que es una especie de paraíso para la agricultura.

Kyi y sus hermanos legendarios vivieron—si es que vivieron—, en el siglo 5; esto se cuenta en la Crónica de Néstor. Voltaire cuenta en su Historia de Rusia que

“la provincia de Kyiv, que es la pequeña Rusia, la Rusia roja, o Ukrania, atravesada por el Dniéper, [es la] que los griegos han llamado Borístenes. La diferencia entre estos dos nombres, uno duro de pronunciar, el otro melodioso, sirve para hacer ver, con otras cien pruebas, la rudeza de todos los antiguos pueblos del Norte y los encantos de la lengua griega. La capital Kyiv, en otro tiempo Kisovia, fue edificada por los emperadores de Constantinopla, que hicieron de ella una colonia; se ven en ella todavía inscripciones griegas de mil doscientos años; es la única ciudad que tiene alguna antigüedad en estos países, donde los hombres han vivido tantos siglos sin construir paredes. Allí fue donde los grandes duques fijaron su residencia, en el siglo XI, antes de que los tártaros dominasen a Rusia.”

Un re-crack monsieur Voltaire. La fundación “oficial” de Kyiv fue el último fin de semana de mayo del año 482, aunque hayan habido asientos mucho antes. Las ciudades, como las iglesias, se construyen donde ya hay una base parecida, y siempre cerca al río. Después de Kii (años 480-650), Kyiv estuvo bajo dominio de los jázaros, el pueblo túrquico que se clavó un kanato entre Europa y el Asia (años 650-850), en plena ruta comercial entre Constantinopla y Escandinavia, y que adoptó el judaísmo como religión.


Máxima extensión del estado jázaro entre 650 y 850,


Esto ya lo sabemos, pero repasemos: después llegaron los vikingos suecos que se hacían llamar Rus y re-fundaron Kyiv, probablemente refundiendo a sus enemigos, originando Rusia con su cruce entre eslavos y escandinavos. Los mongoles tomaron y destartalaron todo en 1240. Tártaros y turcos entraron y salieron todo el tiempo. Lituanos y polacos los tuvieron siglos como frontera con moscovitas y otomanos, y allí nace el nombre ucranianos. Importante: una porción fue tomada por los austríacos de los Habsburgo. Fueron parte de las guerras entre protestantes y católicos y ortodoxos, porque Dios y Cristo hay uno solo, pero siempre pasa que los clubs de fans están llenos de absolutistas insufribles. En la Guerra por Ucrania, o guerra ruso-polaca, lograron su primera independencia, pero terminaron de hijos del imperio que parieron, incluso después de que lo ayudaron a matar al imperio sueco. En esta mezcladera, en este pututu de culturas y conflictos fueron creando su propia identidad e idioma, siempre alrededor del mismo territorio que les tocó defender por siglos, perfeccionando su gen guerrero.

En Rusia, después de no traicionar a Pedro I el Grande, perdieron autonomía; luego vino Catalina II la Grande y en 1764 les quitó toda independencia: les prohibió el idioma y la cultura (como los soviéticos después). El poeta ucraniano Tarás Shevchenko poetizó en su Sueño:

Crucificó a nuestra Ucrania el Primero;
Pero, con la viuda-huérfana, la Segunda acabó luego.

Schevchenko fue apresado en 1847 junto con otros miembros de la sociedad secreta la Hermandad de San Cirilo y San Metodio (o Ucraniano-Eslávica). Si lo mandaron al exilio imagino que tiene mucho que ver con que haya tildado a los zares y emperadores de vampiros y caníbales.


(Re) Guerra de la Independencia

Hasta principios del siglo 20, Ucrania era un término poco usado o poco conocido. La Enciclopedia Británica de 1888 le dedica una entrada pobrísima:

“UCRANIA (“frontera”), el nombre anteriormente dado a un distrito de la Rusia europea, que ahora comprende los gobiernos de Kharkoff, Kieff, Podolia y Poltava.”

En 1911 añaden apenas un mísero: “La parte este del Dniéper pasó a ser rusa en 1686 y la parte oeste de ese río en 1793.” Se nota que la información no fluía como el Dniéper porque la enciclopedia más importante del mundo yerra en las fechas por décadas.

Pero llega 1914 y el imperio austrohúngaro se relamía por una guerra con Serbia, aliado de Rusia, que asumió su defensa en el inicio de la Primera Guerra Mundial. El costo social y económico, las muertes y la corrupción, las mismas causas de siempre, desencadenan la Revolución de Febrero de 1917: el imperio ruso cae y muere ejecutado como el emperador Nicolás II. Pero una cosa es hacer una revolución y otra cosa es mantenerla: es la misma diferencia entre técnicos que sirven para ascender equipos y técnicos de equipos grandes; lo mismo que entre el CEO de una startup y el de una empresa consolidada. Lo que sigue casi siempre después de una revolución es caos, anarquía, un remedio más duro que la enfermedad—al menos en el corto plazo (lo sabe cualquier adicto que conoce el síndrome de abstención). El Gobierno Provisional de Rusia fracasa en el mantenimiento del orden y es derrocado meses después por Lenin y Trotski y los bolcheviques en la Revolución de Octubre. “Paz, pan y tierra”, gritan, dejando claros los problemas del pueblo. Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia se independizan, no sin su respectivo fair share de guerra civil. Igual que en todas partes. (Las bálticas fueron después re-anexadas por la URSS y luego por la Alemania Nazi).

Y Ucrania no es la excepción: estalla ese mismo año su conflicto. Pasaron tantas cosas en tres años y hubieron tantos gobiernos superpuestos, que hice un grafiquito para entender mejor la figura. A grosso modo:

  • La República Popular de Ucrania quería seguir jugando con Rusia, pero con autonomía y libertad de expresión, reunión y religión para sus minorías (rusos, judíos y polacos).
  • Los bolcheviques querían “la unión de todas las Rusias” y forman la República Popular Ucraniana de los Sóviets.
  • Mientras seguía la Primera Guerra Mundial, la no soviética es reconocida por Alemania, Turquía, Bulgaria y Austria-Hungría como estado libre y soberano; forman el II Hetmanato con apoyo germano, pero las Potencias Centrales perdieron la guerra y la Rada Central de Ucrania volvió a lo Popular con un Directorio.
  • Los tártaros forman por un rato la República Popular de Crimea en un intento de estado secular musulmán, pero no lo sostienen.
  • Todo eso es al este; al otro lado, la recientemente renacida Polonia pedía soberanía sobre la Galitzia, alguna vez también austríaca. Se forma la República Popular de Ucrania Occidental.
  • Las dos se unen por un tiempo en el Comité Revolucionario Panucraniano para pelear juntos (pan- = totalidad, conjunto).

Pero pierden primero con Polonia, y después con los bolcheviques. Desde 1922 hasta 1990, lo que existe es la República Soviética Socialista de Ucrania como una de las potencias de la URSS.


Bajo el yugo de Rusia, los ucranianos saben que no existe la paz. En 1928, Iósef Stalin pone en marcha su plan de expropiación y colectivización de granjas para industrializar y aumentar la producción y distribución agrícola de la Unión Soviética y matar el capitalismo que nace en la producción a pequeña escala. Si Ucrania era el granero de Grecia, y sigue siendo el de Europa, no queda duda que era el de Rusia. Allí, el campesinado llevaba apenas poco más de medio siglo siendo libre y propietario, produciendo y creando una clase media fuerte. Los mayores terratenientes (clase alta) eran llamados kulaks. Entre todos los agrícolas sumaban casi el 20% de la población de la rusa zarista; un tercio de ellos eran los más prósperos. Pero con Stalin se vieron expulsados, expropiados y obligados a trabajar en cooperativas. Se olvidaron los rusos del gen ucraniano, que peleó contra la medida, las requisas y las incautaciones. Cuando digo peleó quiero decir que pelearon mal, heavy, fue una cosa sanguinaria.

La clase agrícola se convirtió en enemiga del estado (otra historia que se repite), y todos pasaron a ser kulaks de forma genérica. Creció un fuerte movimiento nacionalista ucraniano y las medidas de represión fueron feroces. Se montaron campos de concentración, “purgaron” empresarios, líderes, artistas e intelectuales. Se estima que 5 millones de personas fueron enviados a campos de trabajo forzado. El plan alimentario fracasó provocando una hambruna fatal, y el chivo expiatorio fue Ucrania. Entre la hambruna y la cruel respuesta del régimen estalinista, se estima que el total de víctimas en Ucrania fue entre 2 y 4 millones de personas. El episodio es conocido como Holodomor—literalmente “matar de hambre”—, o genocidio ucraniano, u holocausto ucraniano; duró hasta 1938. En Ucrania se afirma que fue una acción planificada para eliminar el movimiento independentista. En la URSS, las víctimas se cuentan en hasta 12 millones de personas—la mitad de hambre, la mitad reprimida. Sumale eso a las 15 millones de personas que murieron entre la Primera Guerra Mundial y su guerra civil. Según el censo del régimen de 1926, tenían 147 millones de habitantes; estamos hablando de cerca al 10% de su población en cada evento. Hicieron dos censos censurados el '37 y el '39, y no recontaron su población hasta 1959 (209 millones; 42 en Ucrania).

Si hubo remordimiento, la URSS intentó “resarcirse” con la RSS Ucrania: en 1939 invaden Polonia en el inicio de la Segunda Guerra Mundial, y recuperan la mitad occidental ucraniana. Pero en 1941 los nazis toman Ucrania durante tres años, y los campos de concentración se multiplican. Judíos y polacos pierden el safe haven que tenían. Y Hitler, como Carlos XII, comete el mismo error de querer ir primero a por Kyiv en vez de Moscú. Los ucranianos pelearon hasta que se les acabaron las municiones: la Batalla de Kyiv duró dos meses y medio. El resto de la incursión alemana en la URSS es historia re-conocida.

En enero de 1954 Nikita Kruschev, sucesor de Stalin, regala Crimea a Urcania para conmemorar los 300 años de su anexión al imperio zarista ruso luego de aquella guerra por Ucrania ganada por el zar Alejo I, padre de Pedro I. Todo vuelve al punto de partida. Pero maldita anexión la primera, maldito regalo el segundo.


[Re-re] Independencia de Ucrania

Pasan los años y el comunismo hace su trabajo. El 16 de julio de 1990, en plena caída de la URSS, el parlamento ucraniano declara su soberanía; en agosto su independencia. El 1 de diciembre del '91 celebran un referéndum al mismo tiempo que sus primeras elecciones presidenciales: 90% votó a favor de la independencia. (Mirá en el mapa la votación de Sebastopol, Crimea, Luhansk y Donetsk. Lógicamente, el amarillo indica el , y el número el porcentaje a favor. Mapa de Alex K.)

Una semana después de las elecciones sellaban, con Bielorrusia y Rusia, la disolución oficial de la Unión Soviética, de la que renacieron 15 repúblicas. Tres años después firmaban el Memorándum de Budapest sobre Garantías de Seguridad con el Reino Unido, Estados Unidos y Rusia, donde los 3 grandes poderes se comprometían a aceptar, respetar y proteger la soberanía ucraniana a cambio de que no se convierta en la tercera potencia nuclear del mundo. Ucrania devolvió a Rusia 5000 bombas nucleares, y 176 misiles balísticos intercontinentales y 44 aviones bombarderos necesarios para usarlas. El '97, Boris Yeltsin y Leonid Kuchma firman en Kyiv el Tratado de Amistad, Cooperación y Asociación entre la Federación de Rusia y Ucrania bajo los principios “del respeto mutuo, igualdad soberana, integridad territorial, inviolabilidad de fronteras, solución pacífica de controversias, y la no utilización de la fuerza ni la amenaza”. Sebastopol queda como base naval rusa a cambio de un pago anual durante 20 años (100 millones de dólares; seguía vigente en 2014, obviamente). Kuchma fue acusado después de corrupción, abuso de poder y fraude.

El 2004, sus elecciones se vieron envueltas en otro escándalo de fraude y sucedió la revolución naranja; se evitó la guerra civil repitiendo la votación; los resultados se revirtieron y llevaron a Víktor Yúshchenko al poder por encima de Víktor Yanukóvich, que había sido apoyado abiertamente en suelo ucraniano por Vladimir Putin. Yúshchenko ganó las elecciones con el rostro desfigurado por un envenenamiento que casi le cuesta la vida. El 2008 Ucrania recibe la invitación oficial para integrarse a la OTÁN siguiendo un plan iniciado por Kuchma en 2002, y Putin pierde la paciencia. A Rusia le habían prometido que la OTÁN, que nació como la contraposición occidental a la URSS, no se iba a expandir hacia Europa del Este, pero lo que no está firmado sobre papel...

El 2010 Yanukóvich, echado del poder años antes y acusado de fraude, aún así, ganó las elecciones, y se fue apartando de la Unión Europea, retomando la cercanía a Rusia. El 2013 rechazó a último momento la firma del Acuerdo de la Asociación y Libre Comercio con la UE, lo que derivó en las protestas que se iniciaron en noviembre de 2013 conocidas como el Euromaidán. Centradas en la plaza de independencia (Maidán), el conflicto duró más de 90 días: empezó de forma pacífica, pero en río revuelto... Al final murieron más de cien personas, la mayoría el jueves negro, 20 de febrero de 2014, a manos de francotiradores que no está claro para quién trabajaban. Dos días después, Yanukóvich no aparece en la reunión preestablecida, huye a Rusia y abandona el gobierno—aunque después denunció un golpe de estado (classic). Cinco días después, el 27 de febrero, los separatistas de Crimea toman sus instituciones y hacen flamear la bandera rusa. El 1 de marzo, los separatistas del sudeste de Ucrania de la región del Donbás, de mayoría rusa y contrarios al nuevo gobierno europeísta, inician las protestas que son el origen de la actual guerra ruso-ucraniana. Pocas semanas después, el 18 de marzo, Crimea y Sebastopol firman su anexión ganada gracias a un referéndum supervisado por militares rusos (que Putin admitió que ayudaron en la toma).

Hoy, día en que se cumplen 208 años del nacimiento de Tarás Shevchenko (9.3.22), se informa que ya son más de dos millones de personas las que han huido de la frontera desde el inicio del conflicto. Putin dice que se busca desmilitarizar una desmilitarizada Ucrania, y desnazificarla, pero el actual presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, es judío.

Desde la invasión mongola en 1240, fast forward al 2022, y los ucranianos llevan ya casi ocho siglos peleando por recuperar su libertad. Han sobrevivido a la tartarización, otomanización, rusificación, polonización y germanización de su cultura. Tuvieron que crear manuales de uso interno y externo para sus nombres (desde 1995), que desde 2014 han visto el aumento potencial—y lógico—de su adopción. Kyiv, no Kiev; Odesa, no Odessa; Kharkiv, no Kharkov. Es un esfuerzo mínimo para apoyar la narrativa y la lucha de este pueblo que ha sobrevivido hasta un accidente nuclear. Se les ha prohibido el idioma y la expresión cultural, se los ha separado y se los ha utilizado, pero el gen cosaco sigue luchando. Y el mundo entero espera que sea este, finalmente, el momento en el que Kyiv pueda ser Kyiv, y Ucrania pueda ser libre, y que se pueda mantener el orden después de tanta revolución.

Слава Україні! Героям слава!


Ucrania versus Suecia, con Voltaire
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👈🏽 ¿QUÉ PASA EN UCRANIA?, CAPÍTULO 4

Ucrania, Stalin y los Nazis, con Hannah Arendt
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¿QUÉ PASA EN UCRANIA?, CAPÍTULO 6 👉🏽

#Ucrania#más sentido común, por favor