El jueves santo y la crucifixión, con William Barclay
Jueves Santo: en este día se conmemora la Última Cena de Jesucristo con los Apóstoles, evento en el que Jesús instituye la misa. Que jueves sea el día de la última cena, corresponde a lo escrito en los evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas, y su relación con la tradición judía, que marcaba el inicio del día siguiente al final de la tarde. O sea, el viernes empezaría hoy jueves con la caída del sol.
Asumo que casi todos hemos escuchado o leído lo que anunció Jesús en la Última Cena, e imaginamos la cara de Judas cuando le habla de su traición, y la del resto de los apóstoles cuando deja un nuevo y último mandamiento: “ámense los unos a los otros como yo los amé”. Habla Jesús en pasado—o al menos así lo traducen—: da por sentada su partida.
Termina la cena, Jesús es arrestado, Pedro lo niega tres veces, y al día siguiente el Maestro es crucificado. Pero hay una discrepancia de fechas entre los sinópticos y Juan, que tiene otra forma de ver o informar el asunto.
El teólogo escocés William Barclay tiene una teoría para explicar la discrepancia (la leemos en la traducción de Alberto Araujo). Su teoría está en un libro que vendió casi dos millones de copias: Comentarios al Nuevo Testamento (1970). Barclay, que se declaraba como “evangélico liberal”, además de autor fue presentador de radio y televisión, ministro de la Iglesia de Escocia, y profesor de Divinidad y Crítica Bíblica en la Universidad de Glasgow. Este su libro, que nace a partir de su propia traducción de la Biblia, y que viene en 17 volúmenes, sigue siendo un best-seller. Además de ésta, Barclay tiene otras más de sesenta obras.
Autor: William Barclay
Libro: Comentarios al Nuevo Testamento (1970)
Sección: Nota Sobre la Fecha de la Crucifixión
El Cuarto Evangelio [el de Juan] presenta un problema al que no aludimos cuando estábamos estudiando ese pasaje. Aquí sólo podemos mencionarlo brevemente, porque es un problema que no está resuelto, aunque se le ha dedicado una literatura inmensa.
Está claro que, el Cuarto Evangelio por una parte y los otros tres por la otra, dan fechas diferentes de la Crucifixión, y dan impresiones diferentes en cuanto a lo que fue la Última Cena.
En los evangelios sinópticos está claro que la Última Cena fue la Pascua, y que Jesús fue crucificado el día de la Pascua. Debemos recordar que el día empezaba para los judíos a las 6 de la tarde de lo que sería para nosotros el día anterior. La Pascua caía el 15 de Nisán [primer mes del calendario hebreo bíblico, corresponde a marzo o abril según el año]; pero ese día empezaba a las 6 de la tarde de lo que sería para nosotros el 14 de Nisán. Marcos lo pone bien claro: «Y el primer día de los ázimos, cuando se sacrifican los corderos pascuales, Sus discípulos Le dijeron: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de la Pascua?» Y Jesús les dio instrucciones. Marcos continúa: «Y prepararon la pascua; y, cuando llegó la tarde, Jesús vino con los doce.» (Marcos 14:12-17). No cabe duda de que Marcos presenta la Última Cena como la comida de la Pascua, y que Jesús fue crucificado el día de la Pascua; y Mateo y Lucas siguen a Marcos.
Por otra parte, Juan deja bien claro que Jesús fue crucificado el día antes de la Pascua. Empieza la historia de la Última Cena: «Ahora bien: antes de la fiesta de la Pascua...» (Juan 13:1). Cuando Judas se marchó del aposento alto, los otros discípulos pensaron que iba a preparar la pascua (Juan 13:29). Los judíos no querían entrar en la sala del juicio para no contaminarse, incapacitándose así para comer la pascua (Juan 18:28). El juicio tuvo lugar el día de la preparación para la Pascua, es decir, en la víspera (Juan 19:14).
Aquí nos encontramos con una diferencia que no podemos soslayar. O tienen razón los sinópticos, o la tiene Juan. Juan estaba atento para descubrir el sentido espiritual. En su relato, crucificaron a Jesús cerca de la hora sexta (Juan 19:14). Era precisamente entonces cuando se estaban sacrificando los corderos pascuales en el templo. Lo más probable es que Juan siguiera un orden que hiciera que la Crucifixión coincidiera con la matanza de los corderos en el templo, para que se viera que Jesús era el gran Cordero Pascual que salvó a Su pueblo y tomó sobre Sí los pecados del mundo. Según esto, los sinópticos son correctos de hecho; pero Juan tenía más interés en la verdad espiritual que en lo meramente histórico.
No hay una explicación plenamente satisfactoria de esta discrepancia innegable; pero la expuesta nos parece la mejor.